viernes, 24 de octubre de 2008

UN EJEMPLO A SEGUIR...

LA FUERZA DE SUPERACIÓN MUEVE MONTAÑAS

Cuando murió su padre, Aquilino Huapaya tenía 11 años y sabía que su tierra, Huancavelica, uno de los departamentos más pobres y marginados de la sierra peruana, no le depararía más futuro que la inseguridad y el hambre en que había vivido desde que nació. Entonces, como millares de sus provincianos, emigró a Lima. Allí empezó a ganarse la vida lavando autos en los alrededores del Mercado Central.

Era un muchacho simpático y trabajador y, un día, el dueño de uno de los carros que lavaba, le propuso que le vendiera algunos de los polos que fabricaba en su taller informal. Le dio 15 polos y le dijo que se tomara todo el tiempo que le hiciera falta. Pero Aquilino vendió las 15camisetas en un solo día. De este modo, antes de haber alcanzado la adolescencia, pasó de lavador de autos a vendedor ambulante de ropa en el centro de Lima.

No tenía casi instrucción pero era empeñoso, inteligente y con una intuición casi milagrosa para identificar los gustos del público consumidor.
Un día le preguntó a su proveedor de polos si se los podía confeccionar con figuritas de colores, que eran los preferidos de sus clientes. Y como aquél no fabricaba ropas estampadas, Aquilino subcontrató a un tintorero informal para que añadiera adornos e imágenes a las camisetas que vendía. Como el negocio funcionaba bien, Aquilino trajo de Huancavelica a sus hermanos: José, Marcos y Armando; y juntos se puesieron a trabajar. De vendedores ambulantes pasaron luego a ser comerciantes estables en el Mercado Central.

Para conseguir los mejores sitios del local, estaban allí a las cuatro y media de la madrugada y no se movían de sus mostradores hasta el anochecer.De intermediarios y vendedores, se convirtieron después en productores. Comenzaron con una máquina de coser en un garaje, luego otra, otra y muchas más. El gran salto del negocio artesanal de Aquilino Flores comenzó el día en que un comerciante del Desaguadero, la ciudad fronteriza entre Perú y Bolivia y paraíso del contrabando y la economía informal, le hizo un pedido de 10,000 dólares en camisetas con dibujitos de colores; él aceptó el reto. De inmediato, subcontrató a todos los talleres de confección del barrio y trabajando a marchas forzadas llegó a entregar el pedido en el plazo prometido.

Desde entonces, la familia Huapaya se dedicó, además de vender, a producir ropas para los peruanos de bajos ingresos y a distribuir sus mercancías ya no sólo en Lima sino en provincias y a exportarlas al extranjero.

Este es un ejemplo de una persona humilde de educacion precaria, y que , a base de esfuerzo y perseverancia, consiguió crecer y convertirse en un gran empresario, dando empleo a miles de familias y contribuir así al progreso del país. Como Aquilino lavando autos o vendiendo camisetas, se dio cuenta que su supervivencia dependía sólo de su ingenio, su trabajo y su dedicación. Él nunca se dejó derrotar y perseveró para alcanzar sus objetivos.

Así como él, existen día día miles de personas en el Perú y en el mundo que no se dejan vencer por lo obstáculos que se les presentan. Y tú lo único que tienes que hacer es sólo crees en tus sueños y siempre ser constantes. Éxitos...

Por: Fiorella Montes de Oca Zavaleta.

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