martes, 28 de octubre de 2008

UNA MIRADA TRISTE A NUESTRA AMAZONÍA

LA SELVA NOS ESPERA

Un breve recorrido por parte de nuestra selva peruana, permite confirmar los múltiples llamados de ayuda que recibimos, a través de los medios de comunicación; y a la vez nos atrapa en su riqueza natural y humana.
Un viaje por los lugares turísticos y atractivos de nuestra amazonía, muestra la realidad colorida y olvidada de miles de peruanos, que no pierden la esperanza de hacer realidad los ofrecimientos de muchos candidatos a la presidencia.



De Lima a Iquitos
Veinticuatro horas en bus, separan a Lima de la ciudad de Pucallpa. En el recorrido se observan puentes, quebradas y cascadas, al pasar por las ciudades de Huánuco, Tingo María y Aguaytía.
Al llegar a Pucallpa, se puede emprender un viaje en lancha hacia la calurosa ciudad de Iquitos. El recorrido se hace navegando por el Río Ucayali; si el cauce está bajo, demora seis días. La demora no incomoda a la mayoría de turistas; pues permite contemplar bellos atardeceres, impresionantes arco iris y recibir la cálida acogida de numerosos delfines que saltan en su hábitat natural.
Sello amazónico

La plaza 28 de julio es uno de los lugares más concurridos de Iquitos. En este “lunar amazónico”, se puede comprender cuán dura es la realidad para muchos niños, que asumen sostener sus hogares. Ellos venden aretes, pulseras, collares y frutas; otros lustran zapatos.
Basta conversar con algunos de ellos, para reconocer la cruda realidad que les toca enfrentar a tan corta edad. Carlos con tan sólo nueve años dice: “debo trabajar, porque tengo hermanos menores; y a mi papá no le alcanza la plata. Quisiera que vayas a Padre Cocha para que veas como vivimos”.



Bienvenidos a Padre Cocha
Para llegar al pueblo de Padre Cocha, es necesario viajar en bote, durante quince minutos por el río Nanay; está situado en el distrito de Punchana. Este pueblo tiene aproximadamente, cuatro mil habitantes. Sólo dos escuelas albergan a toda su población escolar.
La ley la ejercen sus mismos pobladores; pues no existe ni siquiera una comisaría.
Cuando pasa algo grave acuden a su teniente gobernador.
El fluido eléctrico es otro gran problema; ya que sólo llega por algunas horas.
Un puente angosto invita a cruzar un lago de poco caudal y observar a sus pobladores lavando sus trajes o refrescándose por el intenso calor.
Una gran cantidad de vasijas de cerámica, puestas al sol para secar, muestran una de las actividades principales de este lugar.


“Tengo que trabajar. A veces también acompaño a mi papá al bosque para recoger materiales tales como: semillas de huahiruro y achira. Arranco la corteza de los árboles y ayudo a cazar para tener que comer”, expresa Jasón Caritimay, de once años, y demuestra que el trabajo es asumido con responsabilidad, por muchos niños. Durante la conversación, él no dejó de elaborar una cerbatana, y era incesante el “toc, toc” de sus herramientas.
“Yo no voy a la escuela, porque tengo que trabajar en las mañanas y en las tardes comprar las cosas para el otro día”, afirma Segundo Saquituhuary, quién porta un balde de aguajina, refresco típico de la amazonía y gentilmente me invita a saborear de sus típicos refrescos.
Muchos niños no ejercen la práctica de sus derechos, y al preguntarles si estos se respetan. Responden, por inercia, ¡sí! Frente a la repregunta de ¿Cuáles son estos? Se limitan a sonreír.


Espacio misterioso
Estando en el pueblo de Padre Cocha, me enteré que cerca de allí, existe una comunidad indígena muy antigua. Un recorrido de treinta minutos, por un camino angosto, permite conocerla.
Un bosque de árboles frondosos recibe a los visitantes. Se oye conversar en su lengua oriunda, que es el Bora; también hablan Aymara.
Hace cien años atrás, aproximadamente, los antepasados de los actuales curacas fundaron este territorio que se denomina “Comunidad de San Andrés”.
Los indígenas nativos viven en pequeñas chozas, difíciles de diferenciar. Ellos se reúnen en una maloca, choza grande, que se encuentra ubicada en el centro de la comunidad. Sus reuniones giran en torno a un evento o la realización de un rito.
Viven semidesnudos, sólo cubren parte de su cuerpo con prendas de vestir confeccionadas con cortezas de árboles. Muchos niños viven completamente desnudos.
El mono maquisapa, la serpiente arco iris y muchos insectos son los animales que más abundan. Algunos de estos producen graves enfermedades en los lugareños las cuales a veces, por falta de atención médica especializada, los llevan a la muerte.
Para su alimentación cazan diversos animales, tales como: monos, charapas y sachavacas, entre otras especies. También, pescan en el río y recolectan frutos silvestres para balancear su alimentación.
Es muy cierto que los habitantes de nuestra selva, y en especial los niños, no gozan de muchos derechos; pero si tiene la ventaja de disfrutar de una naturaleza exuberante que los cobija; y con su permanente verdor les recuerda que la esperanza de alcanzar un futuro mejor nunca se pierde.

Por: Vanessa Villavicencio Mego.

5 comentarios:

Juan Pablo dijo...

hey sin duda es un blog muy bien trabajado aunq no me gusta el color de fondo es muy femenino...los textos son muy interesantes... y las fotografias reflejan una realidad muchas veces dura...exelent trabajo

Juan Pablo dijo...

kien es la chik del puente a¿?...q bonita...jajaja

SofiA dijo...

Tu trabajo esta excelente! es un tema muy interesante las fotos me gustan mucho, se ve mucha dedicacion en este blog..:D

chinita^^ dijo...

En mi opinion me parece excelente q jovenes de mi edad se preocupen por los problemas q en realidad albergan a todos.los felicito sigan asi..ya q los jovenes son la luz de este mundo!!!!!y bueno estoy nerviosa porque los resultados de mi examen de admision no salen...abuuuuuuu todo por la gringa(vanessa)jeje sigan asi...si podemos...

MARNELY dijo...

todo bien, me gusto la iniciativa, hay cosas que se deben actualizar soy seguidora me gusta mi pais...es bueno este proceso de identidad que todos los peruanos debemos aprender..