martes, 28 de octubre de 2008

SEMILLAS QUE NACEN ENTRE PIEDRAS Y ARENA

¿Cómo podemos acabar de una vez con la pobreza y sus consecuencias? Tal vez es una pregunta con una respuesta compuesta e idealizada. Si bien es cierto hasta ahora no se ha encontrado una salida; sin embargo a diario, miles de personas luchan por sobrevivir y salir adelante. Estos hechos y problemas nos involucran a todos y a cada uno de nosotros.
La mayoría de peruanos se encuentran viviendo en pobreza, por ello tienen dificultad para satisfacer sus principales necesidades de alimentación, salud, educación, vivienda, vestido y transporte.
Miles de peruanos provincianos migraron hacia la capital con el objetivo de tener un futuro mejor, sin embargo, la carencia de recursos conllevó a dichas personas a proveerse de viviendas improvisadas hechas de esteras, palos y plásticos; para luego ser remplazadas por material noble. El conjunto de estas precarias viviendas recibieron el nombre de barrios. Estos barrios o asentamientos humanos se han hecho muy populares hoy en día, invadiendo los conos de Lima y los cerros que rodean la ciudad. Por ejemplo, tenemos a:
*Pamplona alta en San Juan de Miraflores, *El cerro San cristobal en Acho -Lima, *Pachacamác en el distrito de Lurin, *Pachacútec en Ventanilla y ortos lugares de la sierra y selva de nuestro Perú.
Bienvenidos a este blog, esperamos que sea de su agrado y al revisarlo adquiera nuevos conocimientos y aprecie de manera vivencial y didáctica acerca de nuestra realidad social.


¿QUIÉNES SOMOS?

SOMOS.. CINCO en un grupo de estudiantes de la Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Martín de Porres, como jóvenes tenemos actitudes y objetivos distintos, pero existe un vínculo que nos mantiene unidos, el de demostrar la realidad excluida y olvidada del pueblo, convocando a la concientización para un cambio social , generando así la captación de la problemática en los receptores y por ende lograr la participación activa de la colectividad para un bien común.

LEONARDO, VANESSA, NICOLLE, FIORELLA Y MARNELY QUE TOMÓ LA FOTO. ASÍ SOMOS...

"LA RINCONADA"

9:35am. 05/10/08
Salimos un viernes, y al final de una ruta muy larga nos encontramos en “LA RINCONADA” de San Juan de Miraflores, pero no teníamos ni idea de lo que encontraríamos. Al llegar presenciamos asombrados el triste panorama y la incierta situación en la que habitaban. Entre chancherías y basurales que emanaban olores nauseabundos donde sobreviven cientos de familias, en su mayoria niños. Estos niños jugaban entre escarpados caminos y cortos tramos poniendo en peligro sus vidas ante la presencia de vehículos que transitan junto a las viviendas.

Luego de observar esta situación, conversamos con los pobladores de LA RINCONADA, quiénes nos reiteraron la carencia de apoyo existente en ese lugar. Entre esas carencias están los servicios básicos como la falta de agua, la cual compraban a precios que excedían sus posibilidades, además de la luz, que por cierto pudimos llegar hasta el último poste que partía desde el cruce de las avenidas San Juan con Los Heroes, hasta el asentaniento humano que visitamos.
La sobrviencia en este lugar en su mayoría se debe a la crianza de animales, pavos, vacas, cerdos y carneros, que les dan un ingreso auxiliar a sus familias. Además de los picapedreros que trabajaban incansablemente transportando grandes piedras para luego venderlas.



Entrada a una cruda realidad...





Así se vive entre polvo y basura






Una de muchas casas construida de manera precaria


Piedras que sostienen las humildes casas.

Fotos: Leonardo Gamarra.

La Rinconada

Video: Nicolle Riojas Góngora.

PACHACÚTEC

**** LAS HUELLAS DE UN PUEBLO QUE EMERGE DE ENTRE LAS SOMBRAS****



Este recorrido lo hicimos, partiendo del Puente Balta (Acho), con destino a VENTANILLA-PACHACUTEC. Durante dos horas en el bus, vivimos en este tramo varios percanses, por la larga ruta.



RUTAS:
08/10/08 - 11:45am.
Al llegar al último paradero, caminamos durante una hora. A primera vista encontramos una Universidad que tenia poco tiempo en la zona. Al continuar nueStro recorrido percibimos a lo lejos un grupo de casas construidas con maderos, tablones y esteras provicionalmente. Caminando tratamos de registrar el lugar, ante ello los pobladores se sintieron amenazados por nuestra presencia, al explicarles el objetivo de nuestro trabajo, entendieron que sólo éramos un medio para dejar escuchar ante el mundo sus voces, mediante nuestro blog.

08/10/08 - 1:35pm.
Seguimos caminando y nos encontramos con un hombre, que amablemente nos describió la realidad en que vivían:
- Su testimonio nos dio una mejor perspectiva de lo que ellos pasaban desde el 2001, en la invasión de VENTANILLA-PACHACUTEC, las promesas del Estado en otorgarles los títulos de propiedad en lo que ellos llamaban “tierra de nadie” se habían dado en sólo algunos casos. También nos contaba con emoción que algunos domingos los visitaban personas que repartían víveres y ropas especialmente para los niños más pequeños.

08/10/08 - 5:15pm
- Regresamos por el camino contrario, y nos sorprendimos al enterarnos por los pobladores que en una determinada zona de VENTANILLA, habían casas recientemente construidas que tenían tanques de agua, pertenecientes a sub-oficials de la policía. Y al cruzar una calle de polvo nos dimos cuenta la diferencia marcada con la realidad anterior, y nos preguntamos ¿porqué la existencia de la DESIGUALDAD entre los pueblos?






















Fotos: Leonardo Gamarra.

ventanilla 2

Videos: Nicolle Riojas Góngora.

UNA MIRADA TRISTE A NUESTRA AMAZONÍA

LA SELVA NOS ESPERA

Un breve recorrido por parte de nuestra selva peruana, permite confirmar los múltiples llamados de ayuda que recibimos, a través de los medios de comunicación; y a la vez nos atrapa en su riqueza natural y humana.
Un viaje por los lugares turísticos y atractivos de nuestra amazonía, muestra la realidad colorida y olvidada de miles de peruanos, que no pierden la esperanza de hacer realidad los ofrecimientos de muchos candidatos a la presidencia.



De Lima a Iquitos
Veinticuatro horas en bus, separan a Lima de la ciudad de Pucallpa. En el recorrido se observan puentes, quebradas y cascadas, al pasar por las ciudades de Huánuco, Tingo María y Aguaytía.
Al llegar a Pucallpa, se puede emprender un viaje en lancha hacia la calurosa ciudad de Iquitos. El recorrido se hace navegando por el Río Ucayali; si el cauce está bajo, demora seis días. La demora no incomoda a la mayoría de turistas; pues permite contemplar bellos atardeceres, impresionantes arco iris y recibir la cálida acogida de numerosos delfines que saltan en su hábitat natural.
Sello amazónico

La plaza 28 de julio es uno de los lugares más concurridos de Iquitos. En este “lunar amazónico”, se puede comprender cuán dura es la realidad para muchos niños, que asumen sostener sus hogares. Ellos venden aretes, pulseras, collares y frutas; otros lustran zapatos.
Basta conversar con algunos de ellos, para reconocer la cruda realidad que les toca enfrentar a tan corta edad. Carlos con tan sólo nueve años dice: “debo trabajar, porque tengo hermanos menores; y a mi papá no le alcanza la plata. Quisiera que vayas a Padre Cocha para que veas como vivimos”.



Bienvenidos a Padre Cocha
Para llegar al pueblo de Padre Cocha, es necesario viajar en bote, durante quince minutos por el río Nanay; está situado en el distrito de Punchana. Este pueblo tiene aproximadamente, cuatro mil habitantes. Sólo dos escuelas albergan a toda su población escolar.
La ley la ejercen sus mismos pobladores; pues no existe ni siquiera una comisaría.
Cuando pasa algo grave acuden a su teniente gobernador.
El fluido eléctrico es otro gran problema; ya que sólo llega por algunas horas.
Un puente angosto invita a cruzar un lago de poco caudal y observar a sus pobladores lavando sus trajes o refrescándose por el intenso calor.
Una gran cantidad de vasijas de cerámica, puestas al sol para secar, muestran una de las actividades principales de este lugar.


“Tengo que trabajar. A veces también acompaño a mi papá al bosque para recoger materiales tales como: semillas de huahiruro y achira. Arranco la corteza de los árboles y ayudo a cazar para tener que comer”, expresa Jasón Caritimay, de once años, y demuestra que el trabajo es asumido con responsabilidad, por muchos niños. Durante la conversación, él no dejó de elaborar una cerbatana, y era incesante el “toc, toc” de sus herramientas.
“Yo no voy a la escuela, porque tengo que trabajar en las mañanas y en las tardes comprar las cosas para el otro día”, afirma Segundo Saquituhuary, quién porta un balde de aguajina, refresco típico de la amazonía y gentilmente me invita a saborear de sus típicos refrescos.
Muchos niños no ejercen la práctica de sus derechos, y al preguntarles si estos se respetan. Responden, por inercia, ¡sí! Frente a la repregunta de ¿Cuáles son estos? Se limitan a sonreír.


Espacio misterioso
Estando en el pueblo de Padre Cocha, me enteré que cerca de allí, existe una comunidad indígena muy antigua. Un recorrido de treinta minutos, por un camino angosto, permite conocerla.
Un bosque de árboles frondosos recibe a los visitantes. Se oye conversar en su lengua oriunda, que es el Bora; también hablan Aymara.
Hace cien años atrás, aproximadamente, los antepasados de los actuales curacas fundaron este territorio que se denomina “Comunidad de San Andrés”.
Los indígenas nativos viven en pequeñas chozas, difíciles de diferenciar. Ellos se reúnen en una maloca, choza grande, que se encuentra ubicada en el centro de la comunidad. Sus reuniones giran en torno a un evento o la realización de un rito.
Viven semidesnudos, sólo cubren parte de su cuerpo con prendas de vestir confeccionadas con cortezas de árboles. Muchos niños viven completamente desnudos.
El mono maquisapa, la serpiente arco iris y muchos insectos son los animales que más abundan. Algunos de estos producen graves enfermedades en los lugareños las cuales a veces, por falta de atención médica especializada, los llevan a la muerte.
Para su alimentación cazan diversos animales, tales como: monos, charapas y sachavacas, entre otras especies. También, pescan en el río y recolectan frutos silvestres para balancear su alimentación.
Es muy cierto que los habitantes de nuestra selva, y en especial los niños, no gozan de muchos derechos; pero si tiene la ventaja de disfrutar de una naturaleza exuberante que los cobija; y con su permanente verdor les recuerda que la esperanza de alcanzar un futuro mejor nunca se pierde.

Por: Vanessa Villavicencio Mego.